“Cuando se construye una casa siempre se empieza por dotarla de unos buenos cimientos para asegurar que la casa esté bien construida y sea segura”

De esa manera o similar se explica habitualmente en las clases de Yoga la importancia de llevar la consciencia a la base de las posturas, a aquella parte que nos sostiene. En el caso de las posturas de pie seria observar los pies y hacerlos trabajar y alinear de forma inteligente y sana.

El símil con la casa o edificio no está nada mal. Pensemos de nuevo en nuestros pies, solemos olvidar el importante trabajo que desempeñan en nuestro día a día y por supuesto en nuestra práctica.

Es interesante aprender a través del yoga sobre la mecánica del cuerpo, ver cómo un mal funcionamiento o mala alineación del pie puede repercutir en dolores en la rodilla, la cadera y finalmente en la espalda. Y esa mala alineación no solo se nutre del estilo de vida y los malos hábitos posturales, también el calzado que utilizamos que no tiene en cuenta la forma natural y mecánica del pie empeora nuestra propiocepción y al final el normal funcionamiento del pie, nuestra base, nuestro apoyo, nuestras raíces

Así que en la práctica, en las posturas de pie, será necesario en primera instancia llevar conciencia los pies, alinearlos adecuadamente para la postura que vayas a realizar y a partir de ahí ir construyendo de abajo a arriba la postura apelando a la inteligencia que habita en nuestro cuerpo para realizar la postura de la forma más sana y beneficiosa posible.