Claro está que cada persona tiene sus motivaciones para empezar cualquier camino, vivir la experiencia que sea o para realizar la actividad que le apetezca. Estas motivaciones muchas veces no las reconocemos en el momento inicial y con paso del tiempo, cuando miras atrás puede que las veas más claras.
Por supuesto esa primera motivación, ese primer empujón no tiene por qué coincidir que lo que luego te motivó a continuar o lo que te motiva en el momento actual si sigues con el mismo camino, experiencia o actividad.
¿Puedes reconocer cuál fue tu motivación cuando te iniciaste a practicar yoga? ¿Si seguiste practicando puedes vislumbrar si hubo cambios en tus motivaciones? Y no solo con el yoga, como te explico más arriba puedes ver que estos cambios en tus porqués se pueden dar en otras facetas de tu vida.
Te animo a que hagas el ejercicio de repasar la evolución de tus motivaciones pensando en tu trayectoria en el yoga o en cualquier ámbito que prefieras. Te ayudará a comprenderte, a contextualizar decisiones y actos y por encima de todo a ser más consciente de tu evolución.
En mi caso empecé a practicar yoga ahora hace más de 10 años. Si intento pensar en qué me llevo a conectar con la práctica y a querer adentrarme en ese camino, tengo claro que no es lo mismo que hoy.
Contacté por primera vez con el yoga en mi viaje al Nepal durante tres meses, en ese entonces fue parte de ese momento de apertura total a nuevas experiencias y por qué no a lo que para mí en aquel momento me resultaba exótico y desconocido. Una de las primeras cosas que me motivo de la práctica fue que me conectaba con un sentimiento parecido al que sentía cuando bailaba, otra de mis pasiones. El movimiento consciente del cuerpo, el control de la respiración que se sincroniza con el movimiento, el fluir de las secuencias en las que me parecía que bailaba ejecutando posturas cual pasos de danza…
Bien, esa fue mi primera motivación, lo que me cautivó y me enamoró y aunque la visión de lo que es el yoga y lo que implica su práctica ha cambiado con el tiempo, esa sensación de danzar con la vida cada vez que practico no me ha abandonado.
En un siguiente post, no muy lejano, os contaré sobre mis motivaciones a día de hoy en el camino del yoga.